Maché nació con la idea de revolucionar la industria del plástico. Aunque después de iteraciones en el producto, terminó enfocándose en revolucionar la industria del empaque con un bioplástico innovador hecho a partir de la celulosa extraída del papel reciclado. Este producto es una alternativa a los plásticos como el polietileno espumado, polietileno lineal de baja densidad o el plástico burbuja que a menudo son usados en los procesos logísticos de embalaje en distintas industrias para proteger desde materias primas hasta el producto final. El bioplástico de Maché se asimila mayormente al polietileno espumado, logrado a partir de una matriz polimérica con celdas de aire que le dan la capacidad al bioplástico de amortiguar impactos. El cliente ideal de Maché son aquellas empresas que hacen uso de plásticos para sus procesos de embalaje y que además buscan mejorar su huella ambiental para lograr pasar por procesos de certificación de responsabilidad social corporativa.