Nuestra idea consiste en poner un material aislante en los techos de meidaaguas o ya en las casa definitivas de personas que vivieron en campamentos, para protegerlos tanto del frio intenso del invierno, como del exuberante calor del verano.
El material escogido es el corcho, ya que es liviano, barato (se puede reciclar de botellas de vino, etc.) y además es un buen conductor y aislante. La idea es triturar el corcho y esparcirlo sobre una malla, de manera de armar una plancha delgada. Esta malla se colocará bajo el techo, proporcionando protección contra las variaciones de temperatura.
Una gran ventaja que tiene el corcho respecto a otros materiales aislantes es la elevada inercia térmica que presenta. Esta característica lo convierte en un material idóneo para sistemas de aislamiento térmico por el exterior.