Gran parte de nuestros viejos chilenos están excluídos socialmente y alejados de las redes sociales. Capacitarlos no es una solución suficiente, ya que si no existe la costumbre y la flexibilidad para manejarlas, entonces lo aprendido es en vano. Tenemos abuelos desactivados del día a día, eso es lo primero que queremos atacar de manera directa, activarlos es la tarea.Muy aterrizados en la propuesta queremos partir de algo simple pero que a la vez nos permita crear una base desde la cual podemos crear otras iniciativas que apunten en la misma dirección.El plan es contactar a los centros de ancianos de Santiago con centros de voluntariados (Techo, AFS, etc) mediante una plataforma en la cual cada voluntario tiene la posibilidad de inscribirse en una actividad de "paseo y conversación" en un centro cercano. La actividad dura entre 30 minutos y 1 hora, procurando abarcar el tiempo preciso y que no se excluya a ningún abuelo, en donde lo primordial es recorrer el barrio y conversar.