En las últimas décadas el envejecimiento mundial de la población ha aumentado potencialmente, se estima que para el 2030 la población de adultos mayores iguale a la menor de 15 años. Desafortunadamente, en el caso de nuestro país esta realidad se ha visibilizado sólo recientemente, las intervenciones e investigaciones en torno al adulto mayor son limitadas, sobretodo de aquellos que son, en cierta medida, ignorados por las políticas públicas, como lo son los adultos mayores en situación de calle, los postrados o dependientes, los privados de libertad y/o institucionalizados. En el caso de nuestro país la línea del envejecimiento activo es la principal política pública que se ha dictaminado cuyo foco son las personas mayores. Sin embargo, el foco principalmente apunta a la población mayor autovalente. Es por esto, que nuestra atención recaerá en contrarrestar los efectos bio-psicosociales de un acelerado envejecimiento en la población mayor institucionalizada.